viernes, 5 de noviembre de 2010

Reminiscencia de una Tragedia


En la tarde del domingo 4 de noviembre del año 2001, visitaba a mis abuelos en la casa donde junto a mis hermanos, pasamos gran parte de nuestra niñez.

Durante ese día, mi abuelo se comportó algo inquieto, mucho más de lo habitual, ya que casi siempre tenía una actividad para reparar o arruinar algo..., pues casi siempre estaba en movimiento. Su acentuada búsqueda de "algo" que debiera estar en su cajón de pertenencias, (el cual permanecía siempre bajo llave) llamó mi atención. Esperé pacientemente desde el comedor el desenlace del evento. A poca distancia escuchaba como a regañadientes, murmuraba y se quejaba por no encontrar su valioso objeto. Tomó considerables minutos hasta que vació por completo el cajón. Pensé que, definitivamente tenía que ser algo de gran valor para él.

De pronto, invadió el silencio, todo volvió a la normalidad, mi abuelo dejó de murmurar y el sonido de la insaciable búsqueda terminó. Presentí que había encontrado lo que necesitaba. Pasaron algunos minutos y mi ansiedad fue superior, asi que decidí entrar a descubrir lo que hacía.

Entré cuidadosamente a su dormitorio y lo encontré sentado sobre su cama leyendo un papel de color amarillento, muy semejante al de los antiguos papiros que alguna vez hemos visto.

Con gran concentración leía cuidadosamente el contenido del papel; a medida que avanzaba en la lectura, sutílmente desdoblaba los bordes y partes del papel. Yo de pie, veía sin hacer ruido alguno, cada movimiento de mi abuelo en procura de mantener intacto el seco y viejo "tesoro" que llevaba en sus manos.

Al terminar de leer, levantó la cabeza y se percató que yo estaba ahí.... "papicuticu" me dijo, (frase con la que identificaba normalmente a sus nietos hombres), fue la señal de admisión de mi presencia. Inmediatamente pregunté, ¿Qué lees abuelo? y con una secuencia perfecta, a sus 81 años, me narró un trágico suceso, tal como si hubiese ocurrido ayer. Conocía detalle a detalle lo acontecido. Me sumergí en la inusual historia que tenía como partícipe a mi abuelo. Perdí el sentido del tiempo y cuando terminó de contarme lo que estaba registrado en la carta, entendí lo simbólico e importante que era para él, encontrarla.

Me dijo, que un día como hoy, hace 61 años, sucedió una tragedia aérea, mientras él se desempeñaba como operador aereonáutico en la torre de control de AASANA en el aeropuerto El Trompillo.

Dos años después del fatídico accidente, una vez encontrado los restos del Avión Juan del Valle decidió escribir todo lo que había ocurrido en memoria de sus tripulantes.

Apenas terminó de contarme la historia (año 2001), le pedí que me permitiera transcribir el contenido de su carta para preservar digitalmente lo acontecido, ya que mi abuelo fue la última persona en tomar contacto con el operador del avión "Juan del Valle".

La carta estaba escrita exáctamente así:

El 4 de Noviembre de 1940, llegaba a Roboré el trimotor “Juan del Valle” después de cubrir parte de su itinerario y partir a su destino Puerto SuárezCorumbá a horas 16:30 PM. con la comitiva procedente de Santa Cruz de la Sierra en misión oficial para inspeccionar la línea férrea Corumbá – Santa Cruz, su itinerario cubría Roboré, Puerto Suárez y Corumbá.

TRIPULACIÓN:

Piloto : Jorge Jucterbock – Alemán.

Copiloto : Lothar Reck – Boliviano “Cruceño”.

Mecánico : Lucio Parada – Boliviano.

Radio Operador : Ángel ArellanoCochabambino.

COMITIVA:

Prefecto : Coronel Genaro Blacutt, Prefecto del
Departamento y su Asistente.

Alcalde Municipal : José Saavedra.

Rector UGRM. : Rómulo Herrera y su señora Blanca
Catera de Herrera.

Contralor Dptal. : Agustín Landivar Zambrana.

Super Intendente de la comisión mixta del ferrocarril Boliviano – Brasilero
: Adalberto Terceros Mendivil.

Juez de Vivienda : Dr. Sócrates Barba Caballero.

Pasajeros Itinerantes : Sra. Victoria de Lazarte, Salomón Aponte e Ing. Dona
Bella



LO OCURRIDO:

El “Juan del Valle” decoló de Roboré a Hrs. 16:30 PM. con buen tiempo en ruta y destino, no había volado más de 25 a 30 minutos, la estación de destino Puerto Suárez, emite por Morse “ frente frío a la vista”, este mensaje fue recibido por el operador del avión captado por el operador de Roboré (el suscrito) y retransmitido al del avión que dio su conformidad, no pasaron más de 15 a 20 minutos, Puerto Suárez emite otro mensaje al avión como puente estación Roboré para confirmar su recepción en que “el frente había llegado a Puerto Suárez con lluvias y precipitaciones con tempestad eléctrica fuerte, con vientos más de 100 Km/h, los techos de las casas vuelan y las movilidades son arrastradas como también las personas que están en la pista, tienen que echarse al suelo para no ser arrastradas”, no obstante la estación de Puerto Suárez y Roboré sugirieron que debe retornar a Roboré, pero no fue confirmada la sugerencia.


Transcurrió más de una hora, al operador de abordo no se le escuchaba ninguna señal, supuestamente estarían retornando a Roboré.

Pasada las 18:00 Hrs. y poco más, emitía por Morse auxilio “Hagan fogatas Santa Ana Roboré”, era como una letanía.

Al encargado de la oficina del LAB en Roboré Sr. Luis Landivar que no se movía de la estación de radio, le transmití de inmediato el pedido del operador del avión, inmediatamente el Sr. Landivar se apersonó a las autoridades de Roboré y de la comisión mixta dando a conocer la emergencia para socorrer al Juan del Valle. La comisión mixta proporcionó las movilidades que fueron colocadas con luz de sus faroles en ambas cabeceras de la pista hasta pasadas las 22:00PM.

El frente frío que se desplazaba en el sector oriental, llegó y pasó por Roboré a Hrs. 19:00 PM. con lluvias y tempestad eléctrica fuerte y vientos con más de 100 Km/h. que a su paso dejaba desgajados los árboles.

El avión nunca llegó a su destino.

¿Cómo fue ubicado el avión “Juan del Valle”?
Dos años más tardes, el campesino Domingo Pessoa cazador con su sabueso corrió una presa, tras él llego donde se refugió la presa y, cual fue su impresión que quedó paralizado al encontrarse en presencia de un enorme fuselaje del avión y un osario diseminado por todas direcciones, luego llamó a su Can y corrió hacia Puerto Suárez y rebeló el hallazgo a las autoridades pertinentes.

Los restos humanos inmolados fueron evacuados a una pista improvisada llamada San Lorenzo, aproximadamente a 8 Km del lugar del siniestro llamado “Santo Corazón”.

IMPRESIÓN DE LA COMISIÓN RESCATADORA:

“El avión no se incendió, estaba partido en dos, la mayor parte del fuselaje, cabina, tenía ¾ de diámetro, y el reloj de la cabina del avión estaba detenido, marcando las 20:05 PM. hora en la que se presume que fue el horario en el momento de estrellarse; la otra mitad del fuselaje estaba más o menos a 50m.

El operador Arellano tenía su brazo estirado hacia el manipulador de radio y el puño tocándolo, estaba asegurado en su asiento con el cinturón de seguro, su cuerpo al tocarlo para trasladarlo a una funda se desintegró.

“El Dr. Terceros, con su escapulario en las manos y amarrado en su asiento, el Ing. Dona Bela en su asiento amarrado y con una funda se veía un revólver, también al sacarlo de su asiento se desprendieron parte de su esqueleto”.

REVISIÓN TÉCNICA:

En el informe técnico del día anterior al accidente, 3 de noviembre, al finalizar el vuelo itinerario Santa Cruz – Concepción – San Ignacio – Santa Cruz, se identificó que la lámpara del equipo de orientación radio-goniometría de "Juan del Valle" estaba quemada.

COSAS DEL DESTINO:
El pasajero Sr. Salomón Aponte tenía urgencia de estar en Puerto Suárez y anoticiado que estaba llegando un avión y que pasaría hasta Corumbá, se apersonó a las oficinas del LAB en Roboré y se le informó que no había espacio para él porque estaba ocupado por un señor de apellido Tapia, conocido popularmente como “Gaucho Tapia”. El Sr. Aponte entrevistó a Tapia y éste le concedió su asiento previa devolución del valor de su pasaje como así mismo el costo del hotel.

Al relatar fielmente lo acontecido al avión “ Juan del Valle” y la mala suerte que corrió la ilustre comitiva y acompañantes.

Hago votos para que Dios los tenga en su santa gloria.

Paz en vuestras tumbas eternamente

Iver Núñez Suárez (Jubilado Aereonáutico de AASANA) y Eduardo Forest B (colaborador)

Hoy, 4 de noviembre de 2010 se cumplen 70 años del fatídico accidente y aprovecho la oportunidad para escribir unas palabras en homenaje a mi abuelo, quien a pesar de su delicado estado de salud, aún vive y estoy plenamente seguro que si estuviera con el mismo nivel de conciencia de hace 9 años, le hubiese encantado conversar un par de horas sobre éste hecho.

Te amamos abuelo.


3 comentarios:

  1. Danielito: Cien puntos. Inspira ternura y sensibilidad tu relatorio, aparte de ilustrar a quienes no vivimos esos tiempos. Un beso. Julio César

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  2. Muy ilustrativo y ante todo real, sin exageraciones ni especulaciones. Un beso.

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  3. Muchas gracias, nunca supe exactamente lo sucedido con el avion. Lothar Reck, hermano de mi abuelo Erwin Rek (+) era el copiloto de este avion.

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