Hace algunos días, escribí el primer fragmento de una triste realidad por la que atraviesa hace varios años nuestra ciudad. Lo hice de una manera diferente a lo que habitualmente se estila hacer. Pretendía mostrar dos versiones con la que se pueden percibir las cosas en referencia a un mismo tema, las versiones se encontraban leyendo los renglones desde arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, respectivamente.
Definitivamente, es necesario llamar la atención del lector y conseguir un efecto viral o de contagio por el boca a boca ya que es menester establecer principios genuinos de legitimidad sobre la libre locomoción.
Sostengo, afirmo y exijo mis derechos de locomoción al leer e interpretar lo establecido en el artículo 21, numeral 7, de la Constitución Política del Estado vigente el cual testifica que “el libre tránsito consiste en la posibilidad ciudadana de moverse, sin restricciones, en todo el territorio nacional, inclusive, saliendo y retornando al país”.
Asimismo, en el artículo 85, parágrafo I de la Ley de Municipalidades (no menos importante) se describe que “los bienes de dominio Público (léase como del pueblo, es decir de todos) señala a las aceras, calles, cordones, avenidas, caminos, áreas verdes, etc., como espacios DESTINADOS AL USO IRRESTRICTO DE LA COLECTIVIDAD”.
En consecuencia, sobre las vías públicas, nadie puede poner trancas, obstáculos, gendarmes, distorsionar o restringir el uso de las mismas de manera arbitraria, ni siquiera la autoridad, ya que la norma rige para administradores y administrados.
Es lógico que existirán situaciones donde impere la necesidad de cerrar una vía de manera transitoria, pero por ninguna razón la medida puede llegar a ser <<permanente>>, debe ser momentánea, hasta que se establezcan medidas racionales y ortodoxas, que contribuyan a subsanar el problema de raíz.
Con seguridad, el bloqueo permanente durante los fines de semana en la Av. San Martín de Equipetrol y la Avenida Busch entre el primer y segundo anillo, entrega a los vecinos de la zona, la paz y seguridad que han exigido durante años; pero también es inminente, que por impedir el ingreso de dicha “juventud en éxtasis”, perjudican a quienes sin ser los generadores del caos, nos vemos limitados a transitar sobre las vías que nos conducen hacia farmacias, supermercados o clínicas en casos de emergencias.
La medida tomada por el municipio es un simple remiendo, exigidos por los vecinos de la zona para eliminar la caótica situación; lastimosamente, la medida no es sustentable, ya que quienes dejaron de asistir a Equipetrol y a la Busch, no están en casita durmiendo, con certeza están alterando el orden de la sociedad en otros puntos de la ciudad, por tanto, no pasará mucho tiempo en el que veamos la conformación de nuevos “puntos de encuentros”…. ¿habrá abasto de personal para cerrar más calles? ¿Cuánto cuesta en términos económicos tomar este tipo de medidas? ¿convertir los fines de semana las avenidas y calles en zonas peatonales? ¿no se requiere de gendarmes en otras áreas de actuación municipal como ordenamiento de mercados, decomisos, fiscalización de precios, etc?
Reflexionemos y establezcamos medidas de fondo, esta situación data desde el 2004 y sigue sin resolverse porque las medidas propuestas no son estructurales.
