sábado, 9 de octubre de 2010

Educando para el Desarrollo - Utopía y Ficción

Hoy, en el almuerzo familiar, mientras compartíamos un abundante mote, una blanda carne de res dorada y un refrescante vaso de zomó (bebida de maiz sin alcohol), preparados por las manos de mamá.... surgieron temas de conversación relacionados a coyunturas de orden social, económico, político y recientemente históricos, por los que atraviesa nuestro país.

En minutos de avance, mientras terminábamos la primera ración del plato servido y préstos a satisfacer nuestro deseo por una pizca adicional, empezamos a analizar la realidad por la que nuestro país atraviesa en términos de la educación.

Concluimos en inexorables realidades y remarcamos que es una temática que como ciudadanos reflexivos, tenemos el deber de transmitir.

Comparto con ustedes mi opinión.

Educando para el Desarrollo - Utopía y Ficción

Históricamente, se reconoce a la Educación como el principal instrumento del desarrollo económico de las naciones, significa que es la principal variable para mejorar el bienestar de la sociedad.

Si desearamos verlo con mayor claridad se los represento de ésta manera:

EDUCACIÓN=DESARROLLO

En consecuencia, el desarrollo está directamente relacionado a la educación, a mayor nivel de Educación, mayor Desarrollo.


Podría alguien mencionar un solo país, donde la fórmula de relación directa anterior se invalide? tan solo piensen en uno o más paises subdesarrollados u otros que en la actualidad están en vías de desarrollo y sumerjanse en los ratios o valores de analfabetismo, cantidad de niños que no terminan la etapa escolar, ausentismo en aulas, cantidad de colegios fiscales, cantidad de maestros por niños, niños trabajadores de la calle, cantidad de alumnos en escuelas nocturnas, cantidad de hogares con computadoras, etc. Llegarán a la conclusión de que aquellos con peores índices son los que tienen peor estructurado su sistema educativo.


Y que es el Desarrollo?, aplicado a la temática humana, es sinónimo de Progreso.
Por tanto,

DESAROLLO=PROGRESO (SEA SOCIAL, ECONÓMICO, CULTURAL Ó POLÍTICO)

Bolivia es uno de los paises en Sudamérica y el Mundo con el Índice de Desarrollo Humano más bajo, tan solo hace falta referirnos a valores de 3 elementos para descubrir porque estamos tan mal: 1) Esperanza de vida al nacer, 2) Alfabetización de adultos y cantidad de egresados en educación primaria, secundaria y superior, y finalmente 3) Producto Interno Bruto per cápita.
Si nos sirve de consuelo, estamos algo mejor que Haití, Guinea-Bissau, Burkina Faso y Sierra Leona.

Es entonces que sostengo que la inversión pública en educación y la inminente intervención del Estado en la Educación es la única esperanza que nuestro país tiene para su desarrollo. En Bolivia, no existe otro mecanismo que acelere y afiance nuestro despegue.

La Educación debe ser para todos la misma, debiera ser para todos la mejor, cercanas al domicilio o trabajo, con aulas con niños blancos y negros, originarios o mestizos, con los mejores maestros del país, con la infraestructura, con contenidos de conocimiento de apoyo al desarrollo económico y social, con condiciones de transporte, desayuno escolar y seguridad adecuada. ¿Por qué no podemos desear con total desprendimiento que sean todos los niños bolivianos igualmente formados? ¿Por qué no podemos admitir y desear para los desconocidos las mismas oportunidades y beneficios que reciben nuestros hijos? Debemos entender que de ésta variable depende la velocidad con la que nuestro país despegará hacia horizontes alejados de la pobreza y desigualdad.

Nuestro país ha progresado y crecido de forma heterogenea, eso ha sido sencillamente porque desde hace más de 50 años se formaban y educaban aquellos que gozaban de condiciones económicas, el resto de los niños se dedicaba a buscar trabajo para poder colaborar a su familia y conseguir alimento. Por tanto el índice de crecimiento que hemos alcanzado es producto de la falta equitativa de la transmisión del conocimiento en aulas.

Este postulado no tiene ninguna relación con modelos de corrientes socialistas ni comunistas, para lo cual demuestro que los mejores ejemplos de Educación Pública se encuentran en países mayormente capitalistas tales como, Finlandia, Canadá, Australia, Estados Unidos, Holanda, Suecia, Suiza, Francia, Alemania, etc, en los que incluso, niños con dificultad de aprendizaje son recibidos. Estas naciones incorporan a la sociedad año a año “ejércitos” de personas aptas para el desarrollo de la comunidad en la que viven. Ellos han construido ese modelo, lleva tiempo consolidarlo y hacerlo andar, por eso urge empezar, año que pasa son kilómetros de distancias de desarrollo que otros paises nos aventajan.

La experiencia de los países asiáticos, han demostrado los beneficios que aporta la inversión pública en educación. Una educación pública de alto nivel permite que los jóvenes con gran potencial académico permanezcan en sus países de origen. Por tanto, la educación de alto nivel contribuye a frenar la “fuga de cerebros” de los países más pobres hacia los más ricos. En los países desarrollados la educación se considera importante no sólo en los primeros años sino también más tarde en la vida, para mejorar y actualizar las competencias y capacidades de la fuerza de trabajo. Los maestros de los paises desarrollados son personas con grandes beneficios sociales por la labor que desempeñan, son considerados heroes, junto a los bomberos y policias.

En consecuencia, vuelve a fallar el compromiso de la sociedad, nuestros valores, fallamos nosotros, fallan los líderes de turno y no así los modelos, vuelve a reinar el adormecimiento y cómoda postura de “dejar hacer, dejar pasar”, como si mágicamente éstas fallas puedan corregirse sin ninguna acción. Se requieren pactos y acuerdos de toda la sociedad, pactos de preferencia pacíficos y conscientes, pactos voluntarios o en su defecto, DETERMINACIÓN e IMPOSICIÓN.

En el discurso, la ficción de pregonar que la educación es un DERECHO ya no es suficiente y el deseo de que nuestro país pueda replicar ejemplificadores modelos de éxito seguirá por al menos 20 años más, siendo una utopía.

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